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El aprendizaje es  un proceso dinámico a través del cual el ser humano obtiene nuevos conocimientos, habilidades, conductas, como resultado del análisis, de la observación y de la experiencia. El ser humano se adapta a su medio y a las diferentes situaciones a través del aprendizaje. El  aprendizaje  no es una actitud estática que sucede en un instante y se acaba; muy al contrario, el aprendizaje es un proceso continuo que nunca tiene fin. Cuando llegamos a comprender algo y realmente lo integramos en nuestro propio ser, es algo que sentimos, pensamos y creemos. Es entonces cuando podemos decir que  lo “llevamos en la piel” ¿Cómo llegamos a eso? Es mucho más sencillo a través de la experimentación. Vivir algo y luego pararnos a entender que nos ha sucedido y porqué….la vida misma. Pocas veces las cosas salen como las había imaginado o pensado. El aprendizaje experiencial  proporciona una oportunidad para crear espacios donde construir aprendizajes significativos. Este tipo de aprendizaje se basa en la experimentación y después nuestra mente se encarga de darle pensamientos o buscar información para entender qué ha ocurrido, cómo hemos reaccionado y como nos ha influido ese hecho concreto en nuestra vida. A veces estos procesos son inmediatos, y otras veces pueden tardar toda la vida. Depende de la situación, de la carga emocional de la misma, así como nuestra disponibilidad en poner en funcionamiento nuestra mente. Y es que muchas veces nos quedan cosas sin “resolver” dentro de nosotros mismos, porque nos da miedo enfrentarnos a ellas, tener que poner palabras a los sentimientos o superar límites desconocidos o infranqueables para nuestro consciente. Los talleres y sesiones de coaching que realizamos desde Amsara crean espacios para construir aprendizajes significativos desde la autoexploración y la experimentación. Al tratarse de aprendizaje vivencial los conocimientos y habilidades adquiridos quedan registrados en cada persona convirtiéndose  en una fuente de referencia para futuras ocasiones en las que se requiera su uso.  

  El mindfulness o atención plena es un estado mental. Aunque el término que incluye la descripción y explicación de sus efectos tiene sus orígenes en el budismo la atención plena no es un concepto religioso. Jon Kabat-Zinn  biólogo y médico estadounidense describe la atención plena como un estado que surge cuando la atención es dirigida completamente al aquí y al ahora, centrándola en el momento presente y sin juzgar ni reaccionar emocionalmente a las experiencias que se experimenten. Otros autores describen los efectos de la atención plena como la actitud interior que se tenga al enfrentarse a  las experiencias vividas. La falta de concentración puede llevar a sentimientos de estar abrumado y apadecer estrés psicológico crónico. Esta capacidad de dirigir al momento nuestras percepciones sin juzgarlas, tiene efectos muy intensos como son: la atención y la conciencia. ¿En qué consiste el mindfulness? Este método de entrenamiento se basa en ciertos ejercicios de meditación. En los últimos años se ha demostrado que  el fortalecimiento de la atención plena mediante este entrenamiento es muy útil para muchas personas, especialmente para aquellos con problemas y trastornos psicológicos y psicosomáticos. La práctica de la meditación como un método de entrenamiento mental tiene un impacto en las habilidades cognitivas y emocionales. La meditación y la neurobiología están íntimamente relacionadas, puesto que se ha podido demostrar que realizar meditación continuada produce modificaciones tanto en la función como en la estructura fisiológica del cerebro. Es por ello que los médicos ya están utilizando ciertos ejercicios de meditación con fines terapéuticos de curación o como apoyo en el proceso de curación en determinados trastornos psicológicos y psicosomáticos. Beneficios Los ejercicios de mindfulness ayudan  a tener una percepción y conciencia mucho más concreta de nuestro cuerpo. Las meditaciones proporcionan la perspectiva mental hacia el propio ser, por lo que uno es capaz de observar sus pensamientos y sentimientos con una cierta distancia. De esta manera es más fácil lidiar con el estrés, la ansiedad y los sentimientos negativos como la tristeza o la sensación de inferioridad. La mejora de la percepción interna apoya a su vez la capacidad de empatía, la intuición, o aquello a lo que se conoce coloquialmente como corazonadas. La regulación de las emociones con el entrenamiento en mindfulness, permite  modificar patrones de valores y comportamientos arraigados, pudiendo crear nuevos patrones de comportamiento. La capacidad de atención plena facilita dirigir y mantener la concentración en un objeto, además de fomentar el darse cuenta más rápidamente de cuándo los pensamientos nos amenazan con perderse. También aumenta  a un fortalecimiento la memoria de trabajo y de la memoria declarativa, así como a la mejora de la capacidad de aprendizaje. Historia El primer programa de meditación basada en la ciencia fue desarrollado por Jon Kabat-Zinn a finales del 1970. A partir de los resultados de la investigación creó el MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction) enfocado en  cambiar la percepción de los factores que provocan el estrés de manera que estos pierdan sus efectos negativos. Uno de los principios de atención plena es que no tiene su enfoque en eliminar algo, sino justamente en conocer y aceptar las cosas y situaciones tal como son. Desde hace varios años, la meditaciones mindfulness se han vuelto muy populares y son ofrecidas por numerosos terapeutas. En el MBSR o conceptos similares se llevan a cabo ejercicios en grupo combinados con ejercicios a realizar diariamente de forma individual. Existen otros conceptos psicoterapéuticos unidos al mindfulness como por ejemplo: -MBCT ( Mindfulness-Based CognitiveThe­rapy) para evitar las recaídas en la depresión.   – DBT (Dialectical Behaviour Therapy) utilizada en los trastornos borderline;  o los enfoques basados en mindfulness para el tratamiento de dependencias de drogas, nicotina, etc.