Un emprendedor  puede ser descrito como un visionario, un revolucionario que quiere cambiar o aportar  algo nuevo a la sociedad con sus ideas. Quizás incluso puede ser descrito como un retador, ya que emprender supone enfrentarse a muchas cosas establecidas.  ¿Te has planteado alguna vez si tienes espíritu emprendedor? ¿Estás inmerso en un proceso de emprendimiento?

 

Si es así quizás experimentes curiosidad, nerviosismo, emociones inesperadas o incertidumbre sobre el proceso en sí mismo. Algunas veces te sentirás invencible y en otros momentos sentirás cansancio o incluso arrepentimiento por haber iniciado el proceso.

Esta misma descripción del proceso de emprender es comparable a la definición de un proceso de coaching. En ambos casos,  se parte de un estado presente y se realiza una proyección hacia lo que se quiere conseguir; utilizando los propios recursos y habilidades.

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Otra semejanza entre estos conceptos es la importancia de la reflexión y la acción para lograr un progreso hacia el objetivo deseado.

La fase previa de reflexión nos ayuda a estructurar qué cosas queremos conseguir, así cómo nos permite identificar las habilidades con las que contamos o las que necesitamos para diseñar actividad y  lograr nuestro objetivo.

En la fase  de acción aparecen los miedos e incertidumbres que hay que gestionar al mismo tiempo que se ejecutan los planes de acción elegidos para alcanzar nuestras metas. La ejecución es lo más importante. Una buena idea es solo el comienzo. Lo que diferencia a una empresa de éxito de aquella que no lo tiene es la capacidad para llevar esa idea a la práctica de la mejor manera.

El coaching es un acelerador de nuestro proyecto de empendeduría, siendo una guía en los momentos de reflexión y búsqueda de nuestra idea, así como una herramienta fundamental para gestionar las emociones limitantes e incertidumbres que puedan aparecer.

Debemos tener en cuenta que emprender es un camino hacia la creación de nuestro propio negocio y que van a surgir ciento y un inconvenientes  pero cuando eso ocurra debemos preguntarnos ¿por qué no disfrutar por el camino?